Un libro-respuesta al Libro blanco de la Independencia de la Generalitat
Esta obra analiza los cimientos del llamado proceso de construcción nacional, sobre los que se está edificando un nuevo Estado catalán y también vasco, desplegando un estudio que abarca todos los aspectos que conforman la realidad de esas dos comunidades autónomas.
«Desde la publicación de «La otra historia de Cataluña» de Marcelo Capdeferro en los años 80, muy poco se ha escrito sobre el nacionalismo en Cataluña, sin embargo ha sido abrumadora la publicación de títulos apologéticos del separatismo. Para contrarrestar este palmario desequilibrio, en los últimos años autores valientes como Josep Alsina, Juan Carlos Girauta, Antonio Robles, Javier Barraycoa, Ramón de España y Sergio Fidalgo entre otros, han acometido esta tarea que me atrevería a denominar «de salud pública», lista a la que yo me uno modestamente ahora, con esta nueva aportación.
El proceso secesionista que estamos viviendo, o mejor dicho, sufriendo los catalanes, no es producto de una cambio en la política de Convergencia Democrática de Catalunya, sino que es producto de un plan perfectamente establecido, que se remonta a los inicios de la transición. La transición política española, fue como un tren que partía de la estación de un régimen autoritario, con un destino a otra estación de las «libertades democráticas». A ese tren que se llamaba «Constitución», se subieron los antiguos franquistas -que no olvidemos, son los que pusieron las vías a ese tren- los socialistas, los comunistas y también los nacionalistas, pero la intención de éstos últimos no era la de apearse en la siguiente estación, como todos los demás, sino que, de una forma desleal, querían llegar a otra estación, que para ellos sería el final de trayecto: la estación de la independencia.
Los separatistas, como nosotros cuando subimos a un tren, en el que utilizamos los servicios que ofrece, han utilizado los medios que ha puesto a su disposición el Estado de las autonomías, para desarrollar el «proceso de construcción nacional», que debe de desembocar necesariamente, según su visión, en la proclamación definitiva de la independencia, y para ello han utilizado impunemente todos los medios físicos y económicos, que el propio Estado español ha puesto en sus manos. España es el único país en la historia de las naciones, en el que la independencia de una parte de su territorio se financia con dinero del propio Estado, conclusión que nos hace llagar al término definitorio de «suicidio estatal»».
Juan Carlos Segura Just
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